Hernández Bravo, Ricardo;Hernández RodrÃguez, Graciela Janet
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9,88 €La poesÃa y la pintura crean por igual mediante la composición. La pintura (figura, color, lÃnea) es un arte de olores y miradas, siendo uno de sus máximos desafÃos hacer hablar, a base de trazos, a los júbilos y resquemores de una realidad menguada en dimensiones, sin que por ello deba faltarle ese temblor expansivo que sugiera la vastedad de los ámbitos del mundo y de lo humano que en el hábito del simple mirar permanecen escondidos a los más, casi siempre. Menos espacial y figurativa, la palabra poética es ojo y oÃdo de puertas adentro. Convoca y evoca en su tonalidad temblorosa el fondo de una hoguera, los visajes intensos de aquello que no acepta quedarse desvaÃdo en el olvido o en la insignificancia, propendiendo a tornar su planicie de lÃneas en relieve de sonoridades y ondulaciones que marcan compases desoÃdos. Pero hay más: pintura y poesÃa originan provocaciones en sus respectivas sintaxis. Una y otra son metamorfosis, transfiguraciones de materia prima en nuevas presencias.