Descuento:
-5%Antes:
Despues:
13,30 €La primera misericordia que vi de este amamÃsimo Padre fue ver mi corazón tan grande como todo el mundo, como que era arca en que cabÃa el Todopoderoso; pero oh! Válgame Dios! que seguedad tan ciega la mia! Pero Bendito Seas, que me has dado como llorado, que ni aún escribirlo puedo; pues me sucedió cuando era yo obrera y d esde por la mañana comenzó esta visión y me duró todo el dÃa; yo con una fatiga y ahinco de desechado y quitar esto de mi; y para esto cargaba piedras, ladrillos, adobes y mezcla, que me parece que trabajé más que un peón en todo el dÃa; y todo fué en vano, porque hasta que me dormi estuve asÃ; porque como siempre he sido caballo no atendÃa a que eran cosas de Dios. Después estuve tantos dÃas viendo la mano de Dios sobre mi cabeza, y aunque conocÃa que era su mano, no hacÃa caso, ni dejaba mis vicios ni se lo decÃa al confesor, ni a naide: sino pasando, después tuve un sueño que fué que estaba yo en una huerta. sola y vide abrirse el suelo y salir unas llamas tan voraces, que conocà ser mi castigo, y que me reducÃa a cenizas sin remedio; y con este conflicto alcé los ojos al cielo y vide un escudo del Carmen