Los alimentos que ingerimos pueden ayudar a encontrar este equilibrio. Ya no se trata de considerarlos meros portadores de más o menos calorÃas o de conocerlos y clasificarlos según si contienen proteÃnas o hidratos de carbono. Se trata de conocer su aporte energético y su acción sobre nuestro cuerpo. El resultado es sorprendente: ganamos salud, paz, equilibrio interior y potenciamos nuestras capacidades fÃsicas y mentales. Migrañas, tristeza, mala circulación, agotamiento, falta de concentración, somnolencia y apatÃa son los sÃntomas de una alimentación desequilibrada que puede corregirse siguiendo las pautas dietéticas basadas en este poder energético de los alimentos. Esta obra incluye un completo recetario de fácil manejo que nos ayudará a elegir cada dÃa el plato que más nos conviene según nuestras necesidades y las de nuestra familia.