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19,00 €Del P. LaÃnez decÃa San Ignacio que era a quien más debÃa la CompañÃa, incluido Francisco Javier. Juntamente con Salmerón, fue enviado a Trento como teólogo pontificio. Cuando Ignacio intentó sacarlo del Concilio y sustituirle por Nadal recibió esta comunicación de Salmerón: «Dos o tres sustitutos de LaÃnez no harÃan el trabajo que éste hace en el Concilio ni contribuirÃan como él al prestigio de la CompañÃa".A la muerte de Ignacio fue nombrado Vicario General por los profesos residenters en Roma. Mucho le costó obtener la autorización del Papa, ahora Pablo VI, para reunir la Congregación General en la cual fue nombrado segundo General de la CompañÃa.Polanco, recién nombrado secretario de la Orden, pidió a LaÃnez que escribiera sus recuerdos del Santo desde que lo Trató en ParÃs. Asà lo hizo LaÃnez en Bolonia, ciudad a la que se habÃa trasladado el Concilio, en 1547.Este libro recoge y comenta dicha carta juntamente con el llamado Sumario Hispánico de Polanco, escrito al año siguiente a la vista del relato de LaÃnez.