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15,81 €Este ensayo no es una contribución a la filosofÃa. Es tan solo una exposición de ciertas ideas que debieran tenerse en cuenta a la hora de lidiar con la teorÃa del conocimiento.
Por lo general, la lógica tradicional y la epistemologÃa han originado disquisiciones sobre la matemática y los métodos de las ciencias naturales. Los filósofos consideraron la fÃsica como el modelo que debÃa seguirse en la ciencia y supusieron alegremente que todo conocimiento debÃa ajustarse a dicho modelo. Obviaron la biologÃa, complaciéndose de que algún dÃa las generaciones futuras podrÃan reducir con éxito los fenómenos de la vida a operaciones de elementos descritas completamente por la fÃsica. Desdeñaron la historia calificándola de «mera literatura» e ignoraron la existencia de la economÃa. El positivismo, esbozado por Laplace, bautizado por Auguste Comte y resucitado y sistematizado por el positivismo lógico o empÃrico contemporáneo es, en esencia, panfisicalismo, un montaje para negar la existencia de cualquier otro método cientÃfico más allá de aquel basado en el registro, por parte del fÃsico, de «enunciados protocolares». A tal materialismo se opusieron los metafÃsicos, quienes se dieron el gusto de inventar entidades ficticias y sistemas arbitrarios de lo que llamaron «filosofÃa de la historia».
El autor quiere poner de relieve que las ciencias naturales no pueden contribuir en absoluto a la descripción y al análisis de algunas cuestiones presentes en el universo. Fuera del ámbito de estas cuestiones, los procedimientos de las ciencias naturales son capaces de observar y de describir. No es el caso de la acción humana.
Hasta la fecha, nada se ha hecho para sortear el abismo abierto entre los acontecimientos naturales, en cuyas consumaciones la ciencia es incapaz de encontrar finalidad alguna, y los actos conscientes del hombre que aspiran constantemente a determinados fines. Referirse a la acción humana sin aludir a los fines perseguidos por los actores no es menos absurdo de lo que fueron los intentos de recurrir a la finalidad en la interpretación de los fenómenos naturales.