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13,21 €Suscribo el juego de palabras de Marcel Duchamp, quien diagnostica el estado de salud del cine con un bello malabarismo anagramático: cine anémico Egotismo de realizadores chiflados, narcisismo de una época abúlica, misa de una nueva religión comercial, diversión de baja escala, trivialidad generalizada La lista de los sÃntomas que envilecen este arte mayor es interminable. PodrÃa hacerse un diagnóstico similar de la filosofÃa y su lamentable estado de salud, entre el incesto universitario abstruso y la prostitución periodÃstica de los éxitos editoriales. Una pista, entre otras, permitirÃa vislumbrar una doble terapia: la biografÃa filosófica filmada. En ella se mostrarÃa una vida filosófica en acción: es decir, lo contrario de un discurso de profesor o de un garabateo de estudiante de secundaria. Medir con esta vara harÃa caer de inmediato las máscaras de impostores y estafadores. En La inocencia del devenir, propongo el guión para un filme que mostrarÃa, entre otros ejemplos, en qué medida la vida de Nietzsche es el testimonio de su pensamiento vivido.