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26,51 €Una obra deslumbrante que rastrea los orÃgenes de la cultura europea de todo el continente, por el aclamado historiador Orlando Figes, un «maestro de la narrativa histórica» (Financial Times). «Un libro deslumbrante que se mueve entre la estampa individual y la fotografÃa de grupo.»
Karina Sainz Borgo, Vozpópuli El siglo XIX europeo, un momento de logros artÃsticos sin precedentes, fue la primera era de la globalización cultural, una época en que las comunicaciones masivas y los viajes en tren de alta velocidad reunieron a Europa, superando las barreras del nacionalismo y facilitando el surgimiento de un verdadero canon europeo de obras artÃsticas, musicales y literarias. Llegado 1900, se leÃan los mismos libros, se reproducÃan las mismas obras artÃsticas, se representaban las mismas óperas y se interpretaba la misma música en los hogares y se escuchaba en las salas de conciertos a lo largo de todo el continente. Partiendo de una gran cantidad de documentos, cartas y otros materiales de archivo, el aclamado historiador Orlando Figes examina cómo fue posible esta unificación. En el centro del libro hay un triángulo amoroso conmovedor: Ivan Turgenev, el primer gran escritor ruso en convertirse en una celebridad europea, Pauline Viardot, de origen español, una de las cantantes de ópera más famosas del mundo, además de compositora y profesora de canto, y Louis Viardot, director de teatro, activista republicano y gran experto en arte(autor de las primeras guÃas de grandes museos del mundo, el Prado entre otros)y esposo de Pauline, por cuya carrera musical sacrificó parte de la suya. Juntos, Turgenev y los Viardot estuvieron en el centro del intercambio cultural europeo: conocÃan o se cruzaban con Delacroix, Berlioz, Chopin, Brahms, Liszt, Schumann, Hugo, Flaubert, Dickens y Dostoyevski, entre muchas otras figuras destacadas. Como observa Figes, casi todos los grandes avances de la civilización se han producido durante los perÃodos de mayor cosmopolitismo, cuando las personas, las ideas y las creaciones artÃsticas circulan libremente entre las naciones. VÃvido y perspicaz, L os europeos muestra cómo ese fermento cosmopolita fraguó tradiciones artÃsticas que llegaron a dominar la cultura mundial.