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15,68 €Esa mañana Angèle Lieby habÃa ido a trabajar como cualquierotro dÃa, pero pronto empezó a notar picores en los dedos yuna migraña cada vez más dolorosa que la llevó a ingresar enel hospital. Su estado empeoró y los médicos, sin saber qué lepasaba, decidieron provocarle un coma que debÃa durar tresdÃas. Pero al cuarto dÃa no pudieron despertarla, o al menoseso creyeron...Asà empezó la pesadilla de esta mujer que permanecióconsciente dentro de su cuerpo inánime: escuchaba todo loque sucedÃa a su alrededor, recibió tratamientos sin anestesiay soportó un trato hospitalario insensible, ya que la habÃandado por muerta clÃnicamente y nadie sospechaba que sintieradolor.Cuando estaban a punto de desconectarla de las máquinasque la mantenÃan con vida, su hija vio una lágrimaen el ojo de Angèle y todos se dieron cuenta de su situación.Comenzó asà un largo perÃodo de reducación que durarÃa casiun año.La enfermedad de Angèle se conoce como sÃndrome deBickerstaff y es un caso excepcional para la ciencia. Me salvóuna lágrima es su testimonio, el relato de su insólita experiencia,asà como una reflexión sobre importantes cuestioneséticas y médicas.
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